Amor
en
las sombras te nombro
con
el dolor punzante de la ausencia,
y
en el espacio frío de mi cama
donde
falta la luz de tu presencia
mi
mano se desliza tibia y mansa
buscando
las suaves formas de tu cuerpo,
y
el calor que siempre me templara
en
las gélidas noches del invierno.
Amor
desde
el dolor profundo que me invade
te
llamo como se llama al Dios de lo imposible
y
mi alma quebrada te reclama
con
esa sensación que da la nada
de
soledad asfixiante indescriptible,
y
una lágrima fría, solitaria
humedece
tu nombre entre mis labios
y
se ahoga el grito y no te nombro
te
invoco con notas de silencio
que
se apagan en los pliegues
de
mi almohada.
Siempre tuya
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